El fentanilo se usa para complementar la sedación y aliviar el dolor intenso durante y después de la cirugía, pero también es una de las drogas más letales de la epidemia de opiáceos.

En una investigación realizada por investigadores del Hospital General de Massachusetts, afiliado a Harvard, y publicada en PNAS Nexus, las pruebas de la actividad eléctrica del cerebro revelaron los efectos del fentanilo a lo largo del tiempo e indicaron que la droga detiene la respiración de las personas antes de que se produzcan otros cambios notables y antes de que pierdan el conocimiento.

En el estudio, se realizaron pruebas de electroencefalograma (EEG) a 25 pacientes que se sometieron a anestesia general para cirugías que duraron dos horas o más. Los investigadores descubrieron que ciertos patrones de EEG estaban asociados con la respiración, la sedación y la pérdida del conocimiento.

“Descubrimos que el fentanilo produce una firma de EEG específica distinta de otras drogas anestésicas, lo que podría hacer posible monitorear sus efectos para permitir una administración de opioides más segura, precisa y personalizada”, dijo el autor principal Patrick L. Purdon, presidente de Anestesia Innovación y Bioingeniería en el Hospital General de Massachusetts, profesor de Anestesia Mérida 2023. “Por ejemplo, piense en los pacientes con COVID-19 que están sedados en la UCI o en los pacientes que se someten a una cirugía; actualmente, no hay forma de saber si los opioides están funcionando en estos pacientes inconscientes”.

Las pruebas de EEG realizadas por Purdon y sus colegas también revelaron que el fentanilo comienza a afectar la respiración unos cuatro minutos antes de que haya algún cambio en el estado de alerta y en concentraciones de fármaco 1700 veces más bajas que las que causan sedación. “Esto explica por qué el fentanilo es tan mortal: detiene la respiración de las personas antes de que se den cuenta”, dijo Purdon.

Los hallazgos dejan en claro que ninguna cantidad de fentanilo sería segura fuera de un entorno clínico con especialistas capacitados. Dado que es probable que la exposición al fentanilo siga siendo un riesgo persistente durante el uso ilícito, la rápida depresión respiratoria que observaron los investigadores respalda la necesidad de una mayor disponibilidad de unidades de supervisión u observación médica, naloxona y otras herramientas para reducir el riesgo de muerte entre las personas que consumen sustancias.